lunes

Migración

Una cálida tarde de agosto partió con la promesa de un futuro mejor. Dejaba esposa y tres criaturas de escasa edad en la más terrible miseria, en la despensa comida para no más de dos días, en la memoria la muerte temprana de su hermano, como única señal un montón de huesos en un cubo de basura. El perro, Fido, le acompañó un buen trecho, hasta más allá de las tierras conocidas, pero antes de llegar la noche dio media vuelta y desapareció entre los matojos de vuelta a casa.

Siempre viajando cara al sol, con el sudor cayendo a chorreones por sus axilas, manchando su limpia camisa blanca, atravesó montes y ríos, valles y cañones. No paró ni con la noche, siguió andando a pesar de la flojera en las piernas y la sangre de sus pies.

Ya con el sol golpeando en su cogote divisó en la lejanía una gran línea gris que cruzaba el horizonte como partiendo el mundo por la mitad. Se acercó temeroso, nada crecía en la gran línea gris, dio un paso adelante y notó una superficie dura y extremadamente caliente como las rocas del alto muro del hogar, pero recordó lo que había dejado atrás y sin mas vacilación, comenzó a atravesar la gran línea gris. A mitad de camino una línea blanca que se perdía a la par que la gran línea gris lo dejó confuso, estuvo tentado de seguirla ya que parecía un camino lógico a ninguna parte, pero su determinación le empujó a terminar de atravesar la fastuosa línea gris.

Nada mas dar ese fatídico paso, oyó un rugido enorme, como mil vacas huyendo en estampida y entrevió una enorme cosa acercarse a gran velocidad hacia él.

Corrió despavorido pero ya era tarde, instantes después la enorme rueda de un seis ejes convertía a nuestro amigo en poco menos que una mancha roja y plumas en el pavimento. Días después mama gallina sirvió de almuerzo en la granja familiar. Un buen día los dos hijos mayores fueron hechos prisioneros y se fueron para nunca volver en la camioneta. Pero el menor, decidió un día encontrar a su amado padre.

El perro, Fido, le acompañó un buen trecho, hasta más allá de las tierras conocidas, pero antes de llegar la noche...

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