lunes

Recursos naturales.

A la Naturaleza le da lo mismo. Tanto le da que tu hijo nazca gracias al amor de tu pareja hacia ti como por el deseo envenenado y obtuso del violador que vive en frente y que lamentablemente no conoces. Dentro de diez generaciones la pasión y amor que pusiste en tu hijo o el dolor y la indignación que sufriste nueve meses antes de su nacimiento no será nada. Es el ejemplo más sencillo que se poner para hacerte entender que la Naturaleza es imparcial, que lo único que persigue es la perpetuación de la especie y lo consigue; bien sabe dios que lo consigue. Es por eso que es urgente que nosotros, y con nosotros me refiero a la raza humana, a los negros, a los chinos, a los blancos y a cualquier etnia con ya no inteligencia, simple raciocinio es suficiente, pongamos los medios si no para dejar de perpetuándonos si al menos limitar nuestro número a una cifra razonable. Creo que especies como el lince ibérico o el bisonte americano, si pudieran, sabrían decirnos hasta que punto habría que limitar la cifra de humanos sobre la Tierra.

Hasta tal punto ha triunfado la Naturaleza que ya casi no cabemos en este planeta que llamamos hogar. La Tierra tiene unos recursos limitados y como tal, deberían estar correctamente distribuidos y sabiamente utilizados. Es difícil, y creo que parte de la culpa estriba en como la selección natural (¡otra vez la Naturaleza de por medio!) han creado un espécimen de humano egoísta y acaparador. No lo considero culpable, es solo consecuente ya que inconscientemente busca maximizar sus posibilidades de supervivencia y por ende, de perpetuarse. Pero no quiero desviarme, en pocas palabras, cuanto más seamos menos recursos, bien o mal distribuidos, nos corresponderán, más pobres seremos y peor será nuestra calidad de vida.


Vi hace unas semanas una serie, Utopía, en la que una gran corporación pretendía esterilizar una parte importante de la población para, en pocas generaciones, devolver a la raza humana a números aceptables. El método, una vacuna, es excesivo pero la idea es francamente buena. Sin embargo, considero, que los tiempos de la Ilustración ya terminaron. Una decisión de ese calibre debemos tomarla entre todos. Y una vez tomada hay formulas tan sencillas como el exigirnos que cada pareja solo pueda tener un hij@ o la esterilización voluntaria tras la primera paternidad. 


Pero esto es tan solo una idea. Y las ideas cuando se reglamentan suelen pervertirse. Seguro que aunque hiciésemos un referéndum mundial y aprobáramos estas medidas, en poco tiempo saldrían, por ejemplo, certificados de paternidad que quizá el que no lo pueda usar podría vender, quien hace la ley, hace la trampa ¿no? Por eso, por encima de esta propuesta, subyace la necesidad de la que yo llamo, la imposición intelectual. Debemos imponernos a la Naturaleza. En todas sus formas. Debemos cuidarla y preservarla. Para ello, lo mismo que luchamos contra los violadores, hay que luchar contra los acaparadores. Hay que pelear contra los defraudadores, contra los políticos corruptos y los banqueros especuladores. Hay que elegir lideres que miren más por los demás que por ellos mismos. Pero sobre todo hay que ser conscientes de nuestras propias necesidades y saber lo que es necesario para sobrevivir y lo que es solo un capricho por que “me lo merezco” A nivel individual, cada cual debe ser justo con el mundo que le rodea, con los demás y con uno mismo.


Nacho Ros.

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